Esta antigua ciudad íbero-romana presenta un buen estado de conservación debido a que no tuvo ocupación intensa después de la época romana. Sus restos corresponden fundamentalmente a la ciudad construida en este periodo, así como a un poblado fortificado íbero y algunas viviendas protohistóricas de plantas circular y rectangular.
De Acinipo, destacan los vestigios de la muralla, la urbanización mediante terrazas y algunos edificios privados con pinturas murales. Extramuros se conservan restos del teatro, junto con unos hornos cerámicos y dos necrópolis donde se han hallado ajuares funerarios. Además, se han documentado unas termas asociadas al Foro, con restos de pinturas datadas en el siglo I.
Todas estas edificaciones pasan así a estar legalmente protegidas y se suman al Teatro Romano de Acinipo, declarado monumento histórico artístico en 1931. La nueva zona arqueológica está delimitada con una superficie total de 147,86 hectáreas en la denominada Mesa de Ronda la Vieja y un área adicional de protección de 251,66 hectáreas.