La persona, de nacionalidad española, que se encontraba agotada físicamente, además de desorientada, fue trasladada por los guardias civiles hasta el refugio de “Los Quejigales”, donde tenía aparcado su vehiculo, trasladándose éste, por sus propios medios, hasta su domicilio.Cuando los agentes regresaban de realizar el servicio, sobre las nueve y media de la noche, observaron un vehiculo aparcado en el paraje conocido como “El Pinsapo de la Escalereta”, sin ningún ocupante. Llevados por su intuición, los guardias civiles comenzaron una búsqueda, por caminos y senderos, en varios cientos de metros a la redonda, cuando escucharon gritos de auxilio, encontrando a una persona tendida en el suelo, con evidentes síntomas de hipotermia, muy magullado y deshidratado, ofreciéndole los agentes agua y comida que los mismos portaban. Cuando el senderista, de nacionalidad francesa, recuperó la fuerzas, fue trasladado hasta su vehiculo para que regresara a su domicilio. En ambos casos los motivos de extravío fue el desconocimiento de la zona y la mala planificación de la actividad.