Todas estas circunstancias han propiciado que la mayoría de los árboles hayan formado erizos vacíos. Las altas temperaturas nocturnas de este verano y la ausencia del rocío son otros dos factores que han influido de manera negativa. La excesiva carga de erizos, de la variedad pilonga, tampoco ha ayudado.
Las últimas lluvias del mes de septiembre han aumentado el peso del fruto, han refrescado los árboles, han hidratado los erizos retrasando la caída de estos y, por tanto, el desarrollo de la cosecha, que inicialmente se preveía corta.
Las semana pasada, los agricultores realizaron la primera pasada de recogida de la variedad pilonga. En los próximos días se le dará una segunda pasada para recoger las ultimas castañas pilongas, las que todavía quedan en las copas de los árboles, pero se teme que muchos de estos erizos estén vacíos. Se prevé que en apenas una semana toda la castaña de la variedad pilonga estará cosechada.
Por el contrario, la calidad de la castaña recogida, se asegura desde ASJAA, es excepcional, con total ausencia de hongos y gusanos, y muy buen sabor. El precio pagado a los agricultores el fin de semana del puente del Pilar fue de 2 € el kilo.
Desde ASAJA se destaca también la disparidad de producciones: dependiendo de la zona, hay municipios como Jubrique y Genalguacil que están más afectados por la disminución de cosecha. En la zona de Jubrique, la recolección de la variedad “bravía temprana” ha supuesto un 20 % de una cosecha normal. Y pilonga también está siendo muy escasa, se asegura desde la organización agraria.