Además del ruido, los vecinos también se quejan de la suciedad que queda en el pequeño parque al que acuden durante el día familias con niños y también personas mayores. Para el problema del ruido han optado por dormir con las ventanas cerradas pero también se han encontrado con coche rayados y hasta ha habido lanzamiento de botellas vacías contra la fachada. También sospechan que hay consumo de drogas.
Cuando el ruido es excesivo, llaman a la Policía Local, que da una vuelta por allí. Cuando se marchan los agentes, el botellón sigue, nos contaba este vecino que prefiere mantener su anonimato.
Ayer, los propietarios del edificio Murillo, el más afectado por estas molestias, mantuvieron una reunión y llegaron al acuerdo de presentar un escrito a la Concejalía de Medio Ambiente para ver qué solución se le puede dar a este asunto porque ya llevan dos veranos soportándolo. El concejal Rafael Flores, responsable de la Delegación de Medio Ambiente nos contaba ayer que, desafortunadamente, son bastantes las barriadas de Ronda donde el ruido se ha convertido en un auténtico problema de convivencia, y por ello el Ayuntamiento de Ronda ha elaborado una campaña para reducir la contaminación acústica apelando al civismo de los vecinos de Ronda.
El concejal de Medio Ambiente apuntaba también que en el pleno de mañana miércoles, uno de los puntos del orden del día es la nueva ordenanza que regule la convivencia ciudadana, una herramienta importante de cara a la imposición de sanciones cuando las molestias a los vecinos son reiteradas.