Santo, que así se llama el establecimiento, situado junto a la Catedral de Sevilla, en pleno centro histórico de la capital, abrió sus puertas hace 11 meses. Es muy extraño recibir una estrella michelín teniendo tan poco tiempo de vida, pero el buen hacer de este rondeño, pupilo de Berasategui, su mano derecha en Andalucía, logró entrar en la famosa guía.
Ahora esta estrella, reconoce el cocinero, supone seguir trabajando. Es, en el fondo, una notable exigencia. Exigencia que Baltasar Díaz resume en la cocina que practica: una cocina moderna que no ha dejado atrás el sabor de los platos de siempre.