El cadáver de una menor encontrado la tarde de ayer en Arriate es el de la niña María Esther Jiménez. Esta madrugada, su familia ha reconocido el cuerpo y lo ha confirmado. El cuerpo fue encontrado tras el dispositivo de búsqueda que por los alrededores del municipio habían iniciado la Guardia Civil de Ronda, la Policía Local de Arriate y los Bomberos de Ronda. De hecho, fue un bombero el que encontró el cuerpo sin vida de la menor en la caseta de la depuradora de una piscina privada en una finca a unos 200 metros del pueblo, en la zona conocida como Huerta de la Curva. El cuerpo presentaba varias lesiones que apuntan a una muerte violenta. Al parecer, tenía golpes en la cabeza, posiblemente una piedra que los agentes encontraron en el escenario del suceso.
Uno de los bomberos que participaba en la batida para buscarla halló el cadáver de la menor en la caseta de la depuradora de una piscina privada en una finca de Arriate, el pueblo donde vivía.
El cuerpo de la víctima presentaba varias lesiones que apuntan a una muerte violenta. Según fuentes cercanas al caso, tenía golpes en la cabeza realizados con un objeto contundente, posiblemente una piedra que los agentes encontraron en el escenario del suceso.
El hallazgo se produjo a unos 200 metros del pueblo, en una zona conocida como Huerta de la Curva, una finca situada a la espalda del municipio, cerca de la calle La Fuente, que no era un lugar frecuentado por la joven ni tampoco está cerca de su casa.
La adolescente, de 13 años, llevaba en paradero desconocido desde la noche del miércoles. Salió de casa sobre las nueve y, aproximadamente una hora después, fue vista por última vez en la carretera de salida de Arriate, en una parada de autobús que es punto habitual de reunión de jóvenes del municipio, enfrente de unos recreativos.
Según fuentes próximas a la investigación, la menor estuvo con unos amigos y luego se marchó. Lo que sucedió a continuación aún es un misterio, pero lo cierto es que no llegó a su domicilio. Su madre la echó en falta sobre las diez de la noche y sus padres salieron a buscarla, sin encontrar rastro de ella. A las dos de la madrugada, desesperados, se presentaron en el cuartel de la Guardia Civil para denunciar su desaparición. Ayer por la mañana fueron a la puerta del colegio para ver si la pequeña acudía a clase y tampoco se presentó. Entonces se prepararon carteles que se distribuyeron por toda la Serranía con su imagen. Una batida de cuerpos policiales la tarde de ayer confirmó los peores pronósticos. En torno a las 7 y media, un miembro del consorcio de Bomberos localizó el cadáver.
Y desde entonces, lo habitual en estos casos. El perímetro del lugar fue acordonado. Se avisó al juzgado de guardia y se solicitó la presencia de la Policía Judicial de la Guardia Civil para realizar la inspección ocular.
Los investigadores comprobaron que la puerta de la caseta había sido forzada para entrar, posiblemente de una patada, y posteriormente encajada al salir. El levantamiento del cadáver se demoró hasta bien entrada la noche. Sobre las once y media fue retirado el Cuerpo. Hoy se le practicará la autopsia.
El juez ha decretado el secreto de sumario de las actuaciones.
Ahora se investigan los hechos. La Policía investiga sus redes sociales (Facebook, Tuenti) así como el propio ordenador desde el que se conectaba a Internet.