La primera de las cofradías que tuvo que suspender su procesión fue la Hermandad de Nuestro Padre Jesús en su Entrada Triunfal en Jerusalén y María Santísima de la Paloma (La Pollinica), que contaba con la primer teniente de alcalde, Isabel María Barriga, como representante municipal y que tuvo que dejar a sus titulares en el interior de la parroquia de San Antonio de Padua, en La Dehesa, ante la amenaza de lluvia.
Ya por la tarde, la Hermandad de Nuestro Padre Jesús del Prendimiento y María Santísima del Rosario, aunque pudo iniciar su estación de penitencia, la lluvia la obligó a resguardarse de forma apresurada. Acompañaba a esta hermandad como representante municipal el edil Antonio Arenas.
También tuvo que suspender su procesión la Hermandad de Nuestro Padre Jesús de la Salud y María Santísima de la Amargura (Los Gitanos), que se quedó en el interior de la colegiata de Santa María la Mayor, donde realizó un acto penitencial, con la presencia de las autoridades locales y entre las que estaba el concejal Fernando Corrales como representación oficial del Consistorio.
La alcaldesa y los demás miembros del equipo de Gobierno siguieron en todo momento el desarrollo de los acontecimientos y mostraron su total apoyo y colaboración a las juntas de gobierno de las tres hermandades del Domingo de Ramos.