Un total de 120 senderistas, 10 burros perfectamente pertrechados y dos caballos, participaron el pasado sábado en la comitiva de la II Ruta Arriera Serranía Romántica, organizada por la Concejalía de Turismo, y cuyo cometido fue recorrer el antiguo camino de Ronda a Benaoján, conocido, según explicaciones previas de Fernando Ruiz, presidente de Pasos Largos, como el de las cosarias o matuteras, en alusión a las mujeres que se dedicaban a traer mandados entre ambas poblaciones y a las contrabandistas que surtían a los serranos de productos como café, tabaco, azúcar o telas traídas de la plaza de Gibraltar.
Esta ruta, cuya primera edición se celebró el año pasado dentro del proyecto de Ronda Romántica, pretende recuperar los viejos caminos de arriería usados para tal fin hasta mediados del siglo XX; también para estrechar lazos de amistad con los pueblos de la Serranía, según explicó la primer teniente de alcalde y concejal delegada de Turismo, Isabel María Barriga.
La salida tuvo lugar en el Ruedo Alameda, en el castizo barrio de San Francisco. Para despedir a los caminantes se desplazó la concejal de Cultura, María José Zarzavilla. Destacar igualmente la participación en la ruta de los concejales Francisco Barea y Rafael Flores, además del gerente de Turismo de Ronda, Sergio Sedeño.
La marcha tomó rumbo al Camino de los Molinos y a la Puerta del Viento; posteriormente, por la Cuesta del Cachondeo se accedió a la plaza del Campillo, donde se hizo una primera parada para tomar un refrigerio. Tras recorrer las calles Tenorio, Armiñan, Puente Nuevo y Jerez, se abandono Ronda por la Dehesa hacia el Puerto de las Muelas. Muy interesante fue el periplo por los pinares del Parque Periurbano, que estaba cubierto por un manto de flores silvestres que hizo las delicias de los caminantes. Desde el Puerto de las Muelas se descendió a la Indiana por la cañada real y junto a la confluencia de los ríos Guadalevín y Guadalcobacín, punto de gran interés ya que allí mismo se conforma el Guadiaro, se reagruparon todos los asistentes para retomar fuerzas.
El siguiente tramo discurrió por la mítica cañada real del Campo de Gibraltar, por la pasada del mismo nombre y el puerto de Ronda. Con bastante calor y tras dejar atrás Benaoján y la barriada de la Estación, se llegó a la explanada frente a la célebre Cueva del Gato, donde se almorzó antes de que los autobuses regresaran a Ronda con todo el personal.
La delegada de turismo, Isabel Barriga, quiso agradecer la ayuda prestada por la Policía Local a caballo, así como la participación de Protección de Civil de Ronda y Benaoján, Policía Local de Benaoján, Guardia Civil y los burros del conocido empresario rondeño, Andrés Márquez.