La asociación ha presentado un escrito y los afectados han devuelto los recibos bancarios al no estar de acuerdo con esta subida que, según Mariscal ha supuesto pasar de pagar algo más de 100 euros en el anterior semestre a tener que abonar más de 1.000.
Este hecho ha provocado que algunos kiosqueros se estén planteando incluso cerrar. Según la asociación no se puede clasificar a estos establecimientos de la misma manera que a un bar o un restaurante.