Durante unas horas, el edificio del Mueble Rondeño se convirtió en un hotel abandonado por el que los participantes tenían que recorrer diferentes estancias para descubrir lo que había sucedido en una historia cargada de enigmas y sorpresas. Más de 120 jóvenes pasaron por las habitaciones de este peculiar hotel, ante las miradas de sorpresa de todas aquellas personas que pasaban por lo alrededores.