En esta ocasión, además del personal de Medio Ambiente y de la Red de Voluntarios, también se contó con la participación de la Fundación Gypaetus, que facilitó un vehículo para transportar las basuras al contenedor. El delegado municipal de Medio Ambiente, Rafael Flores, también quiso destacar la colaboración prestada por el propietario de la finca, así como la del dueño del caballo que se encargó que trasladar las bolsas de residuos hasta la salida del carril.
También se contó con el trabajo de la empresa de limpieza Soliarsa, que colocó los contenedores y posteriormente retiró las basuras para su posterior tratamiento.
Flores destacó que gracias a esta actuación se ha logrado retirar de este paraje de gran valor ambiental y paisajístico más de una tonelada de basuras, entre plásticos, hierros y ruedas. Al tiempo, se limpiado de vegetación el camino empedrado que comunica con el Tajo del Abanico