Simona Bitton Nació en 1955 en Marruecos. Ha vivido en Rabat, Jerusalén y actualmente reside en Paris, donde cursó estudios de cine en el IDHEC. Tiene doble nacionalidad francesa e israelí y se define a sí misma como judía árabe que no quiere muros ni fronteras. Dirige documentales desde 1981 y toda su obra está encaminada a propiciar una mejor comprensión de la historia y culturas del norte de Africa y Cercano Oriente.
La directora decía hoy que todo el cine tiene un cariz político y que ninguna película es neutra en esta materia.
También en este encuentro con la prensa ha estado Francisco Muriana, unos de los cooperantes que viajaban en la caravana que hace justo una año fue atacada por Al Qaeda del Magreb. Tres españoles de la ONG catalana Acció Solidària fueron secuestrados en Mauritania. Muriana explicaba hoy que Manuel García Serrano, el director de la película Somos Caravana, que participa en el festival también en la sección Punto y Aparte, integraba también esta caravana para rodar material de cara a la segunda parte del corto Binta y la gran idea (nominado al Oscar) pero que el secuestro trastocó no sólo los planes del director si no también el destino de la ayuda que iba en esa caravana.
Sobre su trabajo como cooperante, este bombero de Barcelona decía hoy que no se considera un valiente y que durante años habían realizado el mismo trayecto que la caravana que fue atacada sin ningún tipo de incidente.
Somos Caravana cuenta la historia de un joven senegalés rubio y de ojos azules, un suizo adoptado en su infancia, que vuelve a Europa para acompañar una caravana solidaria que lleva ayuda humanitaria a los países África Occidental. Durante el recorrido de la misma, los cooperantes europeos aprenden que están recibiendo mucho más de lo que ellos están dando a los más necesitados.
Y sobre el festival les avanzamos que mañana a las cuatro de la tarde está prevista la proyección de Shout, de Sabine Lubbe Bakker y Ester Gould, cinta en la que se cuenta la historia de los jóvenes Ezat y Bayan que hacen por fin el viaje que habían planeado desde niños. Nacidos en los Altos del Golán ocupados por Israel, viven pegados a la frontera vecina con Siria. Ahora que han cumplido 18 años, tienen la oportunidad de cruzar la tierra de nadie controlada por la ONU para ir a estudiar a Damasco.
Y a las siete de la tarde, Días de Poder, de Roman Chalbaud. Días de Poder habla de la sociedad venezolana, especialmente la caraqueña de los años 60 y relata la parábola de la vida de Fernando Quintero, interpretado por Gustavo Camacho, desde su lucha clandestina contra la dictadura de Marcos Pérez Jiménez, su ascenso como líder revolucionario, su acceso al poder institucional y la traición a sus ideales al convertirse en cómplice de la represión que antes había combatido. Esta misma represión afecta a su hijo, quien decide unirse a las protestas universitarias en contra del sistema que su padre representa.
El festival se cerrará la jornada de mañana con la proyección, a partir de las diez y cuarto de la noche, de Journal d´un coopérant, de Robert Morin, película que cuenta la llegada de Jean-Marc Phaneuf a África como voluntario para una ONG. Usando su cámara pone al descubierto el funcionamiento precario y poco eficaz de estas organizaciones. A pesar de algunos ejemplos de cooperación internacional loables, la película habla de la ayuda humanitaria como un espejismo utópico.