El pasado de Ronda sigue dando sorpresas. Una excavación en marcha a pocos metros de la puerta de Almócabar ha sacado a la luz los restos de once individuos que fueron enterrados en la necrópolis andalusí que se situaba en esta zona de la ciudad. Se trata de enterramientos datados entre el siglo XIII y el XV, según ha confirmado Jorge Padial, arqueólogo responsable de los trabajos. Atendiendo a restos de cerámica encontradas en el sitio así como a la orientación de los cuerpos, se trata de personas que vivieron en las últimas etapas del Reino de Granada.
Ochos de estas sepulturas se han hallado en un primer nivel mientras que el resto se encuentran en otro superior del que sí se conserva una parte de las estructuras realizadas con lajas de piedras. Según ha indicado también Padial, uno de los enterramientos alberga a al menos tres individuos, lo que lleva a pensar en que se trata de miembros de una familia. Aparte de los huesos no se ha encontrado ningún tipo de ajuar atendiendo al tipo de rito funerario de los musulmanes, ni tampoco ninguna estela o indicación como sí se han encontrado en otras tumbas halladas en la ciudad. A pesar de que se trata de una zona muy urbanizada y además en terrenos arcillosos, los restos se encuentran bien conservados y su recuperación está siendo adecuada. En este sentido, el arqueólogo ha explicado que la vivienda que se situaba en este solar no contaba con una cimentación profunda y ello ha permitido que los cuerpos siguieran en este lugar tantos siglos después.
Padial ha recordado que el emplazamiento de esta necrópolis está bien documentado y que en otros lugares cercanos como en ruedo Alameda o calle San Francisco se han encontrado también otros restos óseos que atestiguan en uso funerario de los entornos de las ciudades andalusíes como es el caso de Ronda. Los últimos vestigios encontrados se corresponden con la parte del cementerio más cercana a las murallas. Se trata de enterramientos simples, ha explicado el arqueólogo, salvo las dos cubiertas de piedra en las que todavía se están trabajando, por lo que se cree que se trata de personas carentes de rango social destacado en vida.
Según el arqueólogo, este descubrimiento vendrá primeramente a contribuir al conocimiento sobre el cementerio andalusí de la ciudad. Tras el estudio en el Museo de Ronda de los cuerpos encontrados aportarán datos sobre la población que tenía la ciudad en ese período histórico con datos sobre el estado de salud de la población, la composición por géneros o la variabilidad genética presente en la misma.