Se trata de un ave necrófaga con alta tasa de mortalidad no natural provocada por el uso de cebos envenenados, por colisiones en parques eólicos o electrocuciones en tendidos eléctricos
La Agencia de Medio Ambiente y Agua de Andalucía, dependiente de la Consejería de Sostenibilidad y Medio Ambiente, ha anunciado la puesta la puesta en marcha de una novedosa iniciativa que, incluida en el Plan de Recuperación y Conservación de Aves Necrófagas, que consiste en el reforzamiento de la población de alimoches mediante la liberación de ejemplares nacidos en cautividad y procedentes de la cría en cautividad y de los Centros de Recuperación de Especies Amenazadas, tras su mantenimiento previo durante un tiempo que les permita identificarse con el territorio, en una instalación ubicada en el Parque Natural de Los Alcornocales.
Además de esta novedad, otra de las actuaciones de conservación más destacadas que realizamos en relación al alimoche es la campaña de anillamiento de pollos en nidos. Todos los territorios de cría de alimoches en los que se producido una reproducción exitosa son visitados cada año durante el mes de julio, fecha en la que los pollos aún permanecen en los nidos pero tienen ya un tamaño en los que pueden ser manipulados sin riesgo.
Tras acceder a los nidos mediante trabajos verticales basados en técnicas de escalada, los pollos son anillados, medidos, pesados y anillados, algunos de los ejemplares incluso con un dispositivo GPS que permite hacer su seguimiento en tiempo real. Con el anillamiento de los pollos, todos los ejemplares nacidos en Andalucía desde el año 2004 son identificados individualmente.
La población andaluza de alimoche cuenta en la actualidad con la presencia de 26 territorios de cría ocupados por otras tantas parejas reproductoras, notándose una fase de estabilización y ligero aumento desde el año 2017 en el que el declive fue más acusado censándose solo 23 territorios. Se trata de un ave necrófaga con alta tasa de mortalidad no natural provocada por el uso de cebos envenenados, por colisiones en parques eólicos o las electrocuciones en tendidos eléctricos.
De las 26 parejas citadas, 19 se distribuyen por la provincia de Cádiz y el resto se encuentran ya muy aisladas, dos en Sierra Morena de Córdoba, tres en las Sierras de Cazorla, Segura y Las Villas y otras dos en la Serranía de Ronda.